En cualquier situación difícil, ya sea ante un dilema o alguna otra incertidumbre, lo primero que deseamos recordar es lo siguiente: Dios es quien controla todo y no hay nada que nosotros confrontemos que esté fuera de alcance de su capacidad soberana.

En segundo lugar, al confrontar cualquier dificultad debemos considerar que Dios tiene un plan. Jeremías 29:11 nos recuerda que Dios conoce los planes que tiene para nuestras vidas. Estos planes son para nuestro bienestar y no para perjudicarnos. Cualquier prueba, tragedia, o adversidad con que tropecemos, primero debe ser parte de la voluntad permisiva de Dios para nosotros.

El apóstol Pablo escribe: “sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que le aman (Romanos 8:28, NVI). En su carta a los creyentes que se veían forzados a vivir fuera de Jesucristo, Pedro escribe estas palabras de ánimo: “El señor no tarda en cumplir su promesa….” (2Pedro 3:9, NVI). Aunque las pruebas parecían enormes, Dios no había olvidado a esos creyentes judíos. ¡Y tampoco nos ha olvidado a nosotros!

Cuando surjan las dificultadas: Recuerda con toda certeza el hecho de que Dios está profundamente interesado en su vida. Él le ama y ha prometido que no le abandonará (Salmo 94:14). Entiende con toda certeza que Él tomara todas las circunstancias y hará que resulte lo mejor de cada una de ellas. Descanse en el hecho de que nada podrá tocar la vida del creyente aparte de la voluntad permisiva de Dios. Descubra la confianza que tiene para el futuro examinando su vida y todo lo que le incumbe considerando que está en el hueco de su poderosa mano. Toda preocupación y temor terminan en este punto.

Al abrazar la soberanía de Dios descubrimos que podemos enfrentar el futuro con toda confianza y sin doblegarnos ante las amenazas huecas de la ansiedad. Por último, sea sabio al tratar de resolver algunos temas contemporáneos cadentes. En oración ruegue a Dios que le de sabiduría al manejarlos. Si está urgido de preparación, el Señor le dará el entendimiento y la sabiduría necesarios. Dios controla hombres, sistemas y todos los detalles, y sabe cómo afectan nuestra vida. Si practica estos principios, Dios le preparara para hacer frente no solo a un problema pasajero, sino a todo el siglo que tenemos por delante con un sentido de esperanza y seguridad absolutas. Recuerde, el Dios que le creo a usted y echó a andar el universo es el mismo Dios que sostiene su vida firmemente en el hueco de sus manos amorosas.

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